Literatura en alta corriente: Bajo la luna eléctrica de Belén Gaché.


                                                                        Belèn Gache


Por:
Jessica Ducuara
Especial para La Moviola





Si para muchos, la Literatura es un recurso antiguo que se destina a parar en el último puesto del autobús, causado por el implacable avance de la tecnología: no han conocido al Ejercito Electrónico de letras que desde los noventa –ochenta incluso¬–, se embarcan interactivamente por las redes trayendo no solo la típica biblioteca que ensimisma al lector en un sinfín de obras, sino que cada párrafo asume su rol interactivo y hace de los lectores nuevos protagonistas, incluso autores co-creadores de sus historias.

Entre aquel ejército de poemas experimentales, cuentos interactivos y libros recibiendo electrochoques de la Red 2.0, se encuentra Belén Gache, una amante de las letras Argentina-Española que ha destinado su mente a exprimir páginas enteras de historias plagadas de entornos políticos, un aire Poético-crítico y protagonistas Cuasi–paranoides con una visión ausente de su realidad, todo esto expuesto desde su lado más minimalista; por supuesto, la ausencia de sus pensamientos no afecta la presencia de estos en sus realidades.

Al analizar su obras gran parte de ellas no solo posicionan una Luna en sus títulos, también una vibra magnética que ilumina las mentes oscuras esperando se proyectadas, manteniéndose estática hasta que pueda estallar en la mirada del lector. En el caso de Lunas Eléctricas para noches sin Luna, Ángela logra suprimir en un mundo interno donde no ha tenido otra elección que vivir; en medio de lo que parece ser una familia, una mascota, un pintor vanguardista y una ciudad bajo su ojo crítico, Gache no lo describe como en otras obras donde se puede saber el color del cielo a las tres de la tarde, sino que intercambia papeles prioritarios por la “búsqueda mental” de alguien que no se logra visualizar en el mundo.

Esta obra ha sido un anacronismo de sensaciones donde lo importante es no caer en lo común de la historia, sino entender que todo lo que pasa es verosímil porque así lo proyecta Ángela. La Línea literaria que maneja Belén Gache no logra posicionarla en un movimiento específico de su generación, pero si le abre puertas a nuevos horizontes surrealistas y experimentales que le han aportado frescura, profundidad de análisis y entretenimiento a sus obras. Luna india y Divina Anarquía también comparten gran parte de estos detalles: la importancia que se da para entender al protagonista, desde todos sus ángulos.

Pero si de “electrocutarse literariamente” se trata, Wordtoys donde Gache alberga historias y referencias expuestas en un libro interactivo para la reflexión y el adentramiento del lector que le gusta descifrar y jugar al mismo tiempo. Y es esto precisamente lo que demuestra los mundos paralelos en los que la literatura se ha manifestado, y en manos de Literatos como Belén Gache, el legado permanece porque no ha cambiado, su esencia es la misma, solamente ha evolucionado, ya no hay que iluminar letras bajo luz de vela, porque la electricidad se hace presente en ellas, y cada una cuenta con su propia luna.



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