Remedios contra el “Alzheimer cultural”









LIBROS PARA SUS OJOS





Por
Yury de J. Ferrer Franco
Universidad Distrital Francisco José de Caldas






García Usta, Jorge (2007). El fuego que perdura. Antología poética. Cartagena de Indias: Alcaldía Mayor de Cartagena de Indias, Universidad de Cartagena. Nº 1. Colección “El reino errante”, Biblioteca Literaria del Caribe Colombiano. Proyecto editorial del grupo de investigación Ceilika y su semillero de investigación Gelrcar. Selección y prólogo: Rómulo Bustos Aguirre, 200 p.
López, Luis Carlos (2007). Obra poética. Cartagena de Indias: Alcaldía Mayor de Cartagena de Indias, Universidad de Cartagena. Nº 2. Colección “El reino errante”, Biblioteca Literaria del Caribe Colombiano. Proyecto editorial del grupo de investigación Ceilika y su semillero de investigación Gelrcar. Prólogo: James J. Alstrum. Edición: Hortensia Naizara Rodríguez, 225 p.
Tomé, en calidad de préstamo, de la inteligente y certera artillería de sarcasmos de Rómulo Bustos, la expresión que incluyo en el título de esta reseña. Él la utilizó al pie de la primera página del ensayo publicado en la edición No. 5 de Cuadernos de Literatura del Caribe e Hispanoamérica, dedicado a los narradores de Bolívar. En el texto, escrito y compartido en diferentes escenarios de la literatura nacional, hace ya trece años y actualizado en la referida publicación, Bustos Aguirre analiza los universos particulares de sentido de las “novelas primas” de Raymundo Gomezcásseres (Días así), Efraim Medina Reyes (Tres informes) y Pedro Badrán (Lecciones de Vértigo). Más que una queja, en la punzante nota el poeta hace un llamado de atención:
Escrito en 1994, este artículo fue leído ese mismo año como parte de la programación cultural del Banco de la República en Cartagena. Posee el valor particular de constituir las primeras aproximaciones a las novelas primas de estos tres narradores del Caribe. Publicado ahora busca ser una contribución a la memoria en el campo de la crítica, en una región donde la tendencia básica parece ser el “Alzheimer cultural”.
Como ‘a grandes males, grandes remedios’, es indispensable que sean combatidos –y, en efecto, así se está haciendo– los diez síntomas principales del Alzheimer, sobre todo en su variante “cultural”, ‘signos de alarma’, como los denomina la Alzheimer’s Association; éstos son: “pérdida de memoria que afecta la capacidad laboral; dificultad para realizar tareas familiares; problemas con el lenguaje; desorientación en tiempo y lugar; juicio pobre o disminuido; problemas con el pensamiento abstracto; cosas colocadas en lugares erróneos; cambios en el humor o en el comportamiento; cambios en la personalidad; pérdida de iniciativa”.1
En consecuencia, como parte de una medicación eficaz contra el “Alzheimer cultural” que se empeña en aquejarnos, se entregan a la comunidad local y nacional los dos primeros libros de la colección “El reino errante”. En la solapa de la contracarátula de ambos textos puede leerse la siguiente nota:
Esta colección, que toma su nombre del tercer poemario de Jorge García Usta (1960-2005), es un espacio de difusión de una serie de autores significativos dentro de la producción literaria del Caribe colombiano, cuyas obras no han sido, en su mayoría, suficientemente divulgadas (…)
Los dos primeros ejemplares de la colección, ven la luz en marzo de 2007, con ocasión del IV Congreso Internacional de la Lengua Española, realizado en Cartagena de Indias y sus cuidadosas y bellas ediciones, contribuyen “a la configuración, ubicación y, en consecuencia, a la consolidación de la memoria crítica de una producción literaria tan prolija como dispersa y de circulación restringida, pese a su calidad estética”, como lo declara en la presentación de la cuarta edición de Cuadernos de Literatura del Caribe e Hispanoamérica (Barranquilla, julio-diciembre de 2006), el Centro de Estudio e Investigaciones Literarias del Caribe e Hispanoamérica, Ceilika que, en asocio con su semillero de investigación Gelrcar (Grupo de Estudio de Literaturas y Representaciones del Caribe) de la Universidad de Cartagena, asumió el proyecto editorial de la colección “El reino errante”, como parte del trabajo en el que se encuentran comprometidos en procura de la recuperación de la memoria literaria de la región.
“El fuego que perdura”: resplandor visible de una generación
El primer libro de la colección “El reino errante”, recoge la obra poética de Jorge García Usta (Ciénaga de Oro, 1960-Cartagena de Indias, 2005); en el prólogo titulado “Jorge García Usta: de la imaginación épica a la imaginación dramática”, Rómulo Bustos Aguirre plantea que se encuentra ante una obra que “se desdobla en dos registros de la palabra: uno épico y otro dramático (…)”. (p.11), fruto del crear-hacer de uno de los poetas más representativos de una generación a la que el prologuista denomina invisible, integrada por escritores nacidos en las décadas del 50 y el 60, quienes comienzan a dar a conocer sus poéticas en la década del 80.
El libro reúne la obra poética de García Usta, prematuramente desaparecido en el año 2005, a quien, con la cristalización de este proyecto se rinde un doble homenaje: la antología de su poesía abre esta colección que, así mismo, toma su nombre del tercer poemario del autor.
En la antología se incluyen, en orden cronológico, los poemarios Noticias desde la otra orilla (1985); Libro de las crónicas (1989); El reino errante. Poemas de la migración y el mundo árabes (1991); Monteadentro (1992); La tribu interior (1995); y Cantaleta del amoroso (2006). Cierra el volumen una completa “Noticia Bibliográfica” sobre la obra publicada por el autor; las reseñas y notas críticas acerca de su poesía, y los referentes que alimentaron el prólogo de la edición de los poemas de García Usta, entre otros referentes.
Obra poética de Luis Carlos López: la aguda visión de “El Tuerto”
La población parece abandonada,
dormida a pleno
sol. – ¿Y qué hay de bueno?
Y uno responde bostezando: – ¡Nada!
“Tedio de la parroquia”, p. 179
El segundo libro de la colección reúne la poesía de Luis Carlos López (Cartagena de Indias, 1879-1950). La edición, que estuvo al cuidado de la poeta Hortensia Naizara Rodríguez, y está prologada por James J. Alstrum (Illinois State University), incluye los poemarios De mi villorrio (1908); Posturas difíciles (1909); Varios a varios (1910); Por el atajo (1920) y otros poemas que complementan el panorama de una poética siempre vigente en tanto, como lo plantea Alstrum en el prólogo: “(…) En gran medida, los blancos de su burla satírica y su parodia de la lírica modernista y el romanticismo tardío de su día siguen instándonos a cuestionar por qué las sinrazones sociopolíticas de su época no han sido corregidas todavía”.
Complementa la poesía de “El Tuerto” López, reunida en este libro la “Noticia Bibliográfica” sobre las primeras ediciones de su obra; los estudios críticos que, acerca de su poesía, han escrito James J. Alstrum y Guillermo Alberto Arévalo, así como los referentes con base en los cuales se generó el prólogo de la edición de la obra poética del autor.
“El Tuerto López” innova la poesía colombiana cifrando versos corrosivos que retratan el cotidiano de una manera simple y despiadada, recurso que reta al lector al ponerle de frente sus dilemas, entre ellos la desazón del tedio urbano, cantada ya por Baudelaire que lo nombra como ese “monstruo delicado” que se conoce, se teme y a veces se niega por conveniencia.
Despiadado es el ojo de “El Tuerto”; aguda y crítica es su mirada; vehemente el “Sens Caché” amarguito que se escurre de sus versos y se paladea con dificultad, por la claridad con que nos revelan las verdades ocultas de lo circundante y también de aquello que se encuentra más allá:
¡Ni una sola ilusión inesperada,
que brinde ameno
rato!... Es un sereno vivir siempre a plomada.
Porque ¡ay! No surge un acontecimiento
sensacional. Apenas un detalle,
y eso de vez en cuando, en la infinita
placidez lugareña: hoy no hace viento,
y andan únicamente por la calle
cuatro perros detrás de una perrita.
“Tedio de la parroquia”, p. 179
Cuatro perros, detrás de una perrita en la calle baldía que la brisa ausente no barre; ¿placidez lugareña o tiempo detenido en la ciudad inmóvil? Fábula que esconde en el verso el relato del letargo que aqueja a quien piensa y resiente el tedio que condena, que busca escapatoria por los intersticios del poema.
¿Dilemas del ser humano contemporáneo? ¿Poesía vigente? ¿Clarividencia poética? ¿Luz desde el villorrio? Lo confirma el colombianista Alstrum en el prólogo a esta edición, pero –en principio– lo evidencia la poesía de “El Tuerto”:
(…) En gran medida, los poetas de hoy vierten en su poesía, como lo hizo El Tuerto López, testimonios reales más que íntimas confesiones y tienen interés en la historia para redescubrir los secretos de su herencia cultural desde una óptica más crítica, revisionista y desmitificadora. Es por eso que, siguiendo la pauta dejada por los versos originales de Luis Carlos López, muchos han abandonado la subjetividad tradicional de la lírica a favor de una poesía más narrativa y un diálogo intertextual con sus colegas en todas partes del mundo y una conversación más directa con sus lectores. Es por todas estas razones que la poesía contracorriente de Luis Carlos López sigue siendo vigente hoy.
Completas, serias, documentadas, provocadoras y abundantes son las ediciones de la colección “El reino errante” que ponen a disponibilidad del lector dos mil (2000) ejemplares ¡gratuitos! de cada obra, así como la noticia de referentes en los que éste bien puede, si lo desea o lo necesita, ensanchar sus miradas sobre ella.
Se persigue con la colección un objetivo tan pertinente como útil: conformar la biblioteca del Caribe colombiano para que llegue a las casas de los lectores, no sólo de la región, sino del país entero ¿Existe mejor medicamento contra el “Alzheimer cultural”?

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