arteBA’09 : SOBREDOSIS DE COLOR SOBRE PIES EN NEGRO!!


Por


Andrea Vásquez Ocampo


Corresponsal La Moviola


Buenos Aires


(Argentina)





Cuando en cientos de pasillos con divisiones blancas se posan las manos coloreadas de diferentes artistas, y a la vez cientos de miradas (al nivel del mar) observan cuidadosamente los tejidos de estas manos; se da la dieciochoava feria de arte contemporáneo de Buenos Aires.
En la época en la que las hojas hacen un tapetico de honor en las calles para los conos y bastones, donde el color, la textura, la exposición, el deseo y el silencio se hacen presentes en una excitación continua de la piel y las pupilas; artistas de varios países tienen la posibilidad de intervenir la mirada y el corazón de miles y miles de espectadores.
Del 22 al 26 de mayo de 2009 transcurre, en los pabellones azul y verde de “La Rural”, la feria de arte contemporáneo más importante de Latinoamérica: arteBA’09. En un corferias bonaerense todos los años desde 1991 hay una explosión cromática, donde grandes artistas abren sus ventanas al importante mercado de arte contemporáneo.
Este importante evento toma fuerza como un gran tornado con el paso de los años, pero lastimosamente no solo es fuerza lo que toma, sino que pequeños lunares de lodo intentan invadir la muestra artística con publicidades efímeras y vacías. El peso que persigue a cada una de las disciplinas artísticas, en forma de venda sobre los ojos, también se hace presente aquí; pero en un porcentaje mucho mayor encontramos obras tan valiosas como la cajita del corazón desnudo de Amelie Nothomb.
León Ferrari nos recibe con un sin número de “garabatos” enmarcados en una gran pared de la galería “Jorge Mara-La ruche”. La muestra “Un diálogo de signos” enlaza paredes, donde la tinta parece fundirse en una continua plana de la letra “e” dentro de cuaderno ferrocarril sin tonalidades de grises, donde saltan algunas traviesas líneas coloreadas.
Detrás de la pared, como escuchando un secreto cercano, se encuentran las esculturas de “Noemi Gerstein” una mujer con manos de poesía dormida, que deja un gran legado en la búsqueda de una escultura que responde a “la problemática cubista”. Con ella vemos que a la luna le salen ronchitas plateadas y se escurren en forma de lagrimas brillantes por encima de la mesa, el orden es representado por tres alfileres en la boca de un lobo y los brazos de una madre y un niño forman un “ula ula” para las italianas de grandes caderas.
Jorge Pereira, artista plástico y diseñador argentino, quien ha llevado sus espacios múltiples al Bienal de París en pequeñas maletas hechas con trozos de arcoíris, exhibe sus onduladas creaciones donde los colores invaden la afinada reflexión que éste artista hace del plano.
Unos metros adelante en el espacio, las cuerdas tensionadas de José Benito nos atraen al stand de la galería “Via Margutta Arte Contemporáneo”. Éste artista plástico recurre a la figura “humana” como centro confluyente de la tensión, provocada por miles de cuerdas atadas a micro mundos, representados en lunares blancos y negros. Esculturas donde caben desde reflexiones sobre una técnica de contrastes hasta ataduras sociales de bocas enmudecidas.
De la tierra de Pablo Neruda, “ANIMAL” viene cargada con interesantes obras de artistas, Soledad Sánchez Goldar pretende hacer una crítica al mercantilismo del arte, usando el cuerpo simbólicamente como superficie para la expresión de la marca eterna que puede generar el poder del mercado.
Luis González Palma, artista guatemalteco, cuyas obras han visitado las paredes de la Luis Ángel Arango (Bogotá-Colombia); participa en esta importante exposición con una de sus interesantes series fotográficas: “Jerarquías de Intimidad la Anunciación”, donde dilucidamos cabezas y brazos en el escenario de un teatro, miradas de lámparas que posan su mano en el hombro de una escalera fuera de foco, sillas y manos permeables a la imaginación.
Figuras como Lily Wicnudel (argentina), una de aquellas arquitectas que sueñan con fuentes de madera en medio del rio Nilo; nos delita con sus obras donde el agua, el movimiento y la luz reflejan una realidad interesante, con la que podemos llegar a percibir el olor a viento del mar, a través de tubitos de fibra óptica; al igual que las realidades creadas con los collages de cintas, cauchos y latas en la “Magia” de Roitman.
Algunos pasos hacia el blanco coloreado, encontramos a Pablo Suarez y su “Malenka en el parque”; este artista intentaba reflejar las costumbres “porteñas” de una manera satírica, explorando en el campo del arte contemporáneo, con mezclas de técnicas y resultados. Y allí queda su obra tan estática y presente como una niña cubierta de hojitas verdes sentada en un mundo de pasto. De la mano de la “Malenka” vemos una delas grandes esculturas de Raúl Fraco, nacido en Corrientes (Argentina) escultor, amante del metal y las máscaras de piel abandonadas sobre una silla; como lo es “La piel del otro”.
Las esculturas de Anita Kaufmann, en el “Almacén Galería” de Brasil, tejen un susurro que remite al “medio par de zapatos de clown”. Su obra “Persanagam fashion, AEO y NIK”, tres pares de piernas con colores y modas diferentes delimitan un espacio intervenido por color y contraste puro; que a la vez hacen juego con “La femme qui pleure” de Bernard Pras, ubicada en el corredor de enfrente.
De la galería “SICART” de España se encuentra presente Luis Barba, sus collages intervienen desde clásicos de Velázquez hasta mundos consumistas. Con su fotografía desliza sus manos sobre una intervención de realidades paralelas, creando similitudes posibles en un universo paralelo al B612.
Eduardo Arauz, fotógrafo contemporáneo argentino, con una extensa formación artística, premios y becas, muestras colectivas e individuales presenta un baño placentero de texturas con sus obras “Homenaje al movimiento” y “Pulsación”. Fondos quemados donde espirales se convierten un pretexto para olvidar el verde y el naranja o plásticos multicolores intercalan espacios en un pañuelo olvidado.
Otro Eduardo pero en este caso Pla, quien disfruta con esferas que endulzan el plano con luces parpadeantes o colores explosivos está presente. Su obra “Reflejos y fases” no podía faltar en este encuentro de bocas abiertas y pupilas contraídas. En este caso una esfera se impone en el plano donde la luz a través de la esfera pone en duda el concepto de lo esférico; el vidrio como material base y la luz a través de éste, construyen un mundo de visión lateral.
Presente en la feria estuvo también Luis Fernando Peláez, artista colombiano, con algunos de sus cuadros intervenidos por esculturas pequeñitas que asoman un pañuelo negro diciendo adiós en un tren de cuero o un árbol otoñal en la punta de un gris infinito.
Espacios como “Barrio joven” donde muñecos de trapo platean un erotismo natural o rincones de arte contemporáneo surgen en el centro de la mesa; homenajes a Carlos Giraldo en una videoinstalación metálica, donde PAL y NTSC discuten una secuencia de repetición con encuadres cortados y un profundo fuera de campo; son algunas de las muchas expresiones de arte reunidas bajo un mismo techo que pudimos absorber por cinco días con zapatos como arcas rusas pintadas por Dalí.

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